Justo González, teólogo metodista argentino,  en su libro “Juan Wesley: Desafío para nuestro siglo”, desarrolla una breve descripción acerca del perfil de pastor que tenía Wesley. Lo sitúa dentro del sacerdocio anglicano que él tenía y las disyuntivas que esto traía frente a lo que sería una revolución evangélica, completamente fuera de los márgenes establecidos. Juan Wesley es definido como un clérigo del ala anglo católica  del anglicanismo inglés, en otras palabras,  él se sentía identificado cercanamente con la tradición católica romana en cuanto a pensamiento y prácticas se refiere. Esto es lo que la historia nos narra. Otro elemento, relacionado con el anterior,  es el hecho de que él perteneció a la iglesia alta de Inglaterra , esto marca profundamente su ministerio y la cosmovisión de iglesia que tenía, donde  él empleaba una serie de elementos romanos en su forma, a esto se añade el apego irrestricto a las prácticas y  rituales heredados de la iglesia antigua. Desde estas dos visiones nos encontramos con un Juan Wesley profundamente enraizado en la tradición de la iglesia de roma, y expresado en el modelo de pastoral que él desarrollaba.

La experiencia pastoral pos 24 de mayo de 1738, fecha donde él sitúa su conversión, y otros eventos,  nos mostrarán cómo el Juan Wesley de la iglesia alta y anglo católico se transforma en un hombre de la iglesia baja  y evangelista, que dejará el ritual litúrgico y las formas arcaicas para reconstruir un modelo de fe que respondía a la realidad a la que él se enfrentaba. Pareciese que comienza a existir una cierta distancia al modelo mencionado, pero en resumidas lo que él hace es combinar elementos de estas dos vertientes. Esta tensión fue la que marcó su propia práctica ministerial y la de los primeros metodistas.
 

El Juan Wesley pastor -  anglo católico,   estaba convencido de que su tarea pastoral tenía una función netamente sacerdotal. Su concepción de ministro estaba basada profundamente en la responsabilidad de administrar correctamente los sacramentos y en particular la Comunión .  Esta práctica la mantuvo correctamente el período en que ejerció como ministro oficial de la iglesia anglicana.  Otro elemento es el relacionado con la predicación de la palabra. Wesley, como buen sacerdote, sabía muy bien que acompañado del sacramento siempre debía ir la palabra predicada. Estos dos elementos, sacramentos y palabra, son las bases de su modelo sacerdotal.
Lo llamativo de Juan Wesley, es cómo  saca la parroquia a las calles, en este caso en la predicación pública, poco usual en la iglesia establecida. Es así como a la tarea pastoral se le sumó la proclamación en las calles. Es necesario mencionar que esto fue lo que a Wesley le causó conflicto con las autoridades eclesiásticas.
 

Con el pasar del tiempo mientras a Wesley  se le cerraron las parroquias  para predicar,  y no fue apoyado por las autoridades de la época, el movimiento metodista comenzó a tener características propias, que hizo que sus ministros, que en un orígen fueron predicadores laicos,  tuvieran marcas distintivas y elementos característicos, es este el caso de:
a) La itinerantica,
b) El cuidado pastoral de grupos pequeños, acompañando, enseñando y guiando en las clases, las bandas y las sociedades metodistas.
c) La práctica de una vida de piedad, manifestada públicamente en los grupos antes mencionados, comprendiendo la piedad en dos visiones, personal y social, o santidad personal y social.
d) Un trabajo conjunto con laicos y laicas, inclusive en la predicación, cosa que era impensable en la época ya que ésta estaba sólo dirigido por los ministros establecidos y autorizados por la Iglesia. Los laicos tenían una serie de funciones pastorales, como acompañar, dirigir, predicar y enseñar.
 

Aunque pareciera que este Wesley que construye las ideas antes mencionadas es diferente al anglo católico expresado en un inicio, es necesario mencionar que esta visión anglo católica hizo que su ministerio fuera inclusivo, ya que a él sólo le importaba resguardar la plusvalía del ministro sobre  los sacramentos.
 

Este perfil wesleyano de ser el pastor el que administre los sacramentos,  y su ministerio gire en torno a esto se ha mantenido en el tiempo, en la actualidad el presbítero o presbítera metodista es el autorizado para administrar los sacramentos y la palabra, cosa que no se aleja mucho de la visión anglo católica. Aunque al último, la predicación, se le han agregado otras dimensiones.
 

Aparte del anglo  catolicismo de Juan Wesley, debemos considerar que su pastoral se vio influenciada profundamente por tres corrientes que marcaron su teología y su trabajo práctico:
a) Las fuentes luteranas, principalmente la corriente pietista - moravos, donde él descubrió el valor de la experiencia personal,  y ésta la transmitió a quienes se adherían al movimiento metodista.
b) Las fuentes puritanas, venidas desde la reforma radical, por medio de la teología calvinista a la cual él manifestó mucha cercanía.
c) La espiritualidad católica  occidental, proveniente de los padres de la Iglesia de Oriente, donde él descubrió en los místicos católicos modelos de santidad verdadera
 

Otro elemento a considerar es cómo el contexto de Juan Wesley también marcó su gestión pastoral, es ahí donde surge su visión de santidad en dos dimensiones, personal y social, y donde supo compatibilizar la demanda de la proclamación del evangelio con el mirar y responder a las necesidades que le demandaba su realidad. Juan Wesley estaba convencido de que nada podía sustituir el contacto personal con el pobre, ni le bastaba el conocimiento abstracto de las situaciones, sino la vivencia directa a dichas experiencias , desde ahí también la tarea pastoral persiste en una vocación pública y de servicio. Es así como el corazón pastoral de Wesley está profundamente marcado por el amor a Dios y el amar al prójimo, principios teológicos de su reflexión.



Pr, Miguel Ángel Ulloa.